viernes, 15 de febrero de 2013

En la media hora que queda, la oficina sola, alguna voz se oye desde el fondo del pasillo, agazapada por la intención, abro este...mi rinconcito.

Antes, aclaro: no tengo más trabajo que hacer por hoy. Sí, tengo culpas, soy aburrida. Eso de no tener escrúpulos es una costumbre que puede doler mucho, tarde o temprano. No quiero más que esa clase de bichos oscuros caminen entre los dedos de mis pies.

Hay bichos de todas clases. Y aunque no iba a venir por ahí la cosa, tampoco sabía por donde, por lo tanto:

...hay bichos de todas clases. Feos. Negros. Peludos. Hediondos. Pútridos. Esquivos, implícitos de tan metidos que pueden estar dentro de uno. Andrajosos y tan parasitarios que es muy difícil deshacerse de ellos. Esos son los bichos de la pereza. Uff...estos bichos, si uno pierde algún entusiasmo durante un cierto período de tiempo, pueden alcanzar tal cúmulo poblacional, que hasta dormir genera más y más pereza.

Terrible. La cura: meterse en alguna clase de actividad necesaria que demande, y ponga el dínamo a recargar hasta que ya la máquina tenga otra vez energía, o poner más concentración en lo que uno hace (lo que siempre trae a uno lo maravilloso del mundo: cuando uno pone atención empieza a ver -empieza nomás y eso basta, imaginense lo que debe ser ver desde una conciencia clara como la de un santo.-) lo que tarde o temprano genera interés y hasta entusiasmo!

Los bichos.
También hay bichos de temor. Son muy pero muy difíciles de combatir, todo depende del temperamento de uno. Pero los de la pereza, son pan comido al lado de estos, que pueden adquirir tamaños inimaginables esparciéndose en el espacio interior de uno con tan solo un bocadillo con el que tu mente los alimente. Mente y Alimente! Qué curioso!!

Para matar a los insidiosos* bichos del miedo, hay que fortalecer la mente.
Como?? Pues bien, para empezar, a mi me ayuda -porque tengo temperamento imaginativo- crear tres casuchas en el espacio paisajístico de mi mente. Ahí están las tres. De una salen pensamientos de miedo,destructivos, puros espejismos inventados por alguna cosa oscura que en esencia no soy.
De otra, salen pensamientos de distracción: son todos aquellos que son menos malos, pero siguen siendo malos, porque lo son y porque quitan tiempo de pensamientos constructivos. Ejemplo: pensamientos de vanidad o relacionados con cosas superficiales, pensamientos compulsivos inútiles, etc.
De la tercera, realmente no recuerdo qué se supone que salía, asi que sólo veámosla ahí, construida.

Así, cada vez que me descubro inerte, "oyendo" estos pensamientos, me voy en mi imaginación con una masa a darle unos cuantos mazazos a la casa desde donde salen esas cosas etéreas y oscuras que pretenden hacer de mi algo que no quiero: un sujeto -o una sujeta :)- inconsciente  Yo quiero realmente VER, realmente COMPRENDER, realmente SER.  Fuerte, Sabia, Desapegada, No sujeta a las circunstancias, Tenaz, Valiente, Pura, Humilde, Potente, Dadivosa, Justa, Dinámica, Creativa, es decir, en definitiva: LIBRE, en comunión con todo, y gozosa!

Ja!

Y como tengo tales aspiraciones, tengo un trabajo inconmensurable por hacer sobre mi misma.
El principio de todo es: MATEMOS A LOS BICHOS.

Olvidé algo: lo de la imagen de las casas sirve para una cosa: para no creer inmediatamente en un pensamiento una vez que aparece en la escena mental, sólo porque "lo pensé yo".

Los bichos son de todas clases.

Están también los bichos del malhumor. En realidad son bichos mentales estos. Están ahí empupados, un día eclosiona todo, los huevos, las pupas de las generaciones posteriores, los juveniles abrieron sus fauces, una orquesta sinfónica se da entre los mordiscos obsequiados a mi energía vital  y las heces que se acumulan a velocidad meteórica. Son estas heces y esa disminución de la energía lo que de repente ayuda a que uno esté dubitativo por la vida y de repente, de la oscuridad surja algo que lo embolse a uno en un encierro de malhumor. Autocreado por cierto. Esto de los bichos es metafórico.

Entonces qué hago?? Por un lado están los bichos que lo empujan a uno a buscar "querella". Y si el que está cerca tiene facilidad de "reacción" -es decir que reacciona ante las cosas, más que percibirlas y elegir acción- se enchufa en el mal humor también y entonces somos todos: El/Ella, vos, los bichos, las cosas que vuelan por el aire, se trate de palabras, críticas, platos o medias.

Entocnes qué hago (de nuevo). Opción b) decidiste que preferís la conciencia a la inconciencia. Te detenés. Mirás a los bichos contentos y te alejás del resto para planear la estrategia de instauración del buen humor. Se mandan los batallones en medio de los turbulentos ataques aéreos de pensamientos-heces y aunque en el caos, se vislumbra algún santo remedio ya probado: pasear al perro una hora por el barrio más tranquilo y arborizado.

Funciona!!!

Además, debe trabajarse durante el resto del año en la prevención. Reevaluar las metas que se persiguen, ejercitar la espiritualidad, dejar atrás malos hábitos por buenos, etc. Es decir, ir hacia adelante. Que sino, se va hacia atrás. Nada está quieto. Quedarse quieto o no ocuparse para bien es ir hacia mal.

Se termina mi media hora. Me las pico.

Espero que los bichos se mantengan a raya este fin de semana para todos nosotros, la HumanidaT







*No recordaba lo que quería decir esta palabra con exactitud, pero se me vino al ruedo. Resulta que "quería decir": malicioso con apariencia de inofensivo. Ahora creo que en realidad, nunca supe realmente lo que quería decir! ja

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